El último pueblo que visitamos en la Sierra del Rincón, fue Prádena del Rincón. Dista muy poco, tanto de Horcajuelo de la Sierra como de Montejo de la Sierra, unos 5 minutos en coche.
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Prádena del Rincón
No se conoce con certeza la fecha de fundación del pueblo, pero al igual que todos los demás de la comarca, su existencia debe remontarse al proceso de repoblación de la zona tras la Reconquista:
Las viviendas, de carácter netamente rural, se mezclan con edificios agropecuarios. El centro del asentamiento se articula entre la plaza del Ayuntamiento y la de la Iglesia:
Alfonso VI otorgó al pueblo un escudo de armas (un toro, una encina y la frase “Ad alenda Pecora” = “para el sustento del ganado”) para destacar su importante labor ganadera:
Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos (Iglesia, 12)
Su ábside data de finales del S. XII – principios del S. XIII y al que se añadió el campanario en el S. XVI, al que se accede mediante una escalera de caracol de piedra:
A los pies del templo, se sitúa el coro, realizado en una ampliación llevada a cabo en el S. XIV en la nave original (única que tiene la iglesia):
La necrópolis de la iglesia se utilizó de forma habitual desde el S. XII al XV. La costumbre hasta el S. XVIII era enterrar a los fallecidos en la propia iglesia, lo más cerca posible del Altar Mayor, ya que pensaban que al estar los difuntos enterrados en un espacio sagrado, éstos eran más adecuados para resucitar en el cielo:
Recientemente se ha restaurado la fuente-abrevadero que engalana un poco más la plaza:
Ayuntamiento (Plaza de la Constitución, 1)
Fue construido al acabar la Guerra Civil, en los años 40 del siglo pasado. De planta irregular, una única altura y tejado a varias aguas, sus muros son de mampostería enfoscada.
Sobre la portada, se encuentra el escudo de Prádena del Rincón, quedando rematada por un frontón triangular:
Antigua Fragua (Pizarro, 7)
Las fraguas tenían una gran importancia en la vida diaria de los municipios cuya economía se basaba en el sector agropecuario, tal y como ocurría en los pueblos de esta comarca. En ellas se reparaban aperos agrícolas (azadas, arados…), aperos ganaderos (herraduras, carros…), elementos de carpintería o de uso diario de las viviendas.
Está construida con muros de mampostería. Tanto los dinteles como las jambas de los vanos, son de madera, mientras que el tejado, a dos aguas, es de teja árabe.
Como en muchos pueblos de la zona, el edificio ha sido restaurado para acoger unos apartamentos rurales:
Potro de Herrar (Pizarro 53)
Esta estructura era muy habitual en aquellos municipios en los que había tradición trashumante, pues el ganado solía ser herrado antes de partir hacia Extremadura en busca de pastos más abundantes, según la época del año. Asimismo, aquí se herraban los animales empleados para la labraza, como los caballos, los burros o los bueyes.
Al lado del potro, hay un yunque, con el que se nos muestra una de las funciones principales de estas estructuras y que lleva implícita en el nombre: la de herrar a los animales.